Los hallazgos del reciente estudio que encontró metal en tampones no son motivo de alarma. Científicos de la Universidad de California en Berkeley encontraron trazas de metaloides en tampones, lo que plantea interrogantes y preocupaciones comprensibles.
Si bien ha habido mucha incertidumbre y preocupación sobre los tampones, hay un hecho incuestionable: ningún fabricante debería agregar metales a los tampones.
Sin embargo, los metales se encuentran de forma natural en la tierra y, por lo tanto, aparecen en los tampones, al igual que en muchos productos que consumimos a diario, como los alimentos y el agua. El suelo contiene de forma natural 92 elementos, incluyendo 18 nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas. Estos nutrientes incluyen macronutrientes como el carbono, el calcio, el nitrógeno, el azufre, el fósforo, el magnesio y el potasio, y micronutrientes como el molibdeno, el cloro, el sodio, el zinc, el manganeso, el boro, el silicio, el cobre y el hierro. El suelo también contiene trazas de metales pesados como el arsénico, el cadmio, el cromo, el cobre, el plomo, el níquel, el mercurio, el manganeso y el zinc.
Las plantas absorben estos metales pesados junto con nutrientes esenciales. Estos macronutrientes, micronutrientes y metales pesados se originan en la descomposición de las rocas y la materia orgánica durante la formación del suelo.
Aunque los metales pesados están presentes de forma natural en pequeñas cantidades, ciertas prácticas agrícolas pueden aumentar sus niveles en el suelo. La agricultura convencional suele utilizar fertilizantes y pesticidas que contienen metales pesados, lo que provoca su acumulación en el suelo y los cultivos. Estos aditivos degradan el suelo y crean dependencia de los aditivos sintéticos. La agricultura ecológica mantiene suelos sanos sin fertilizantes ni pesticidas sintéticos, preservando su equilibrio natural y fomentando la producción de plantas seguras y sanas para la alimentación y la fabricación de textiles, incluyendo el algodón orgánico utilizado en nuestras compresas, tampones y protectores diarios.
Es imposible erradicar por completo los metales de cualquier producto que provenga del suelo, y la cantidad encontrada en los tampones es en realidad muy pequeña, inferior a los umbrales establecidos por la UE para los alimentos.
La destacada científica y experta en salud menstrual, la Dra. Jen Gunter, también revisó el contenido comparándolo con los umbrales californianos.
Concluyó: «Ahora, pueden ver que una persona nunca podría usar suficientes tampones al día para alcanzar la cantidad de arsénico o cadmio que la EPA permite en una sola botella de agua o la que California permite en los suplementos. Además, el té verde y el té negro contienen más arsénico que un supertampón».
¿Y qué pasa con el plomo? Un tampón Super puede contener más plomo del que California permite en suplementos, pero la cantidad sigue siendo menor que la que la EPA permite en una botella de agua. Si alguien usa tres tampones Super al día, usando el tampón con los niveles más altos, el contenido de plomo superaría ligeramente el permitido en una sola botella de agua de 500 ml. Como recordatorio importante, la mayoría de los tampones contenían mucho menos plomo. De hecho, el 75 % de los tampones contenían 215 ng/g de plomo o menos.
Aunque las cantidades son pequeñas, es imposible que sean cero. Cualquier marca o fabricante que afirme no contener metal o cantidades indetectables de metal en sus tampones está engañando activamente al público o utilizando métodos de prueba con poca sensibilidad.
¿Qué pasa con nuestros tampones?
Los tampones Mooncup cuentan con la certificación GOTS como 100 % algodón orgánico. GOTS cuenta con estrictas regulaciones sobre la presencia de sustancias químicas que podrían representar un riesgo potencial para la salud y la seguridad. Establece valores límite para diversas sustancias químicas, incluidos metales pesados. Esto significa que todos nuestros productos son probados por terceros para garantizar que los metales no superen los límites de seguridad.
Como siempre, apoyamos más investigaciones y desarrollos de estándares de seguridad para la industria del cuidado menstrual, y esperamos que el debate en torno a este estudio genere más inversiones en investigaciones más amplias sobre la salud menstrual.
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